Es éste otro de los platos más tradicionales y representativos de la cocina asturiana. Aunque se guisa —y se guisa bien— en todo el Principado, son los municipios centrales y los suroccidentales quienes más lo promocionan y pregonan (Ribera de Arriba, Teverga, Tineo...).
Ingredientes: un buen manojo de berzas; 250 g de fabes de la granja; 500 g de patatas; 3 morcillas; 3 chorizos; 250 g de lacón; 150 g de tocino entreverado; 250 g de costilla de cerdo; aceite (que no suele precisarse), azafrán, sal.
Precauciones a tener en cuenta:
- Las berzas son mejores cuando ya sufrieron las primeras heladas del invierno.
- Las morcillas han de ser asturianas. Si son frescas proporcionan un sabor diferente al pote (sobre todo si, además, se utilizan las gruesas o xuanes); si se prefieren las curadas, ha de evitarse que tengan olores y sabores rancios.
Preparación: se pican las berzas, una vez bien lavadas al chorro del grifo, en trozos no demasiado pequeños, pudiendo hacerse esta operación a mano. Para lograr un picado menudo habrá que utilizar cuchillo. Se pelan las patatas y se trocean.
En una olla de buen fondo se disponen las berzas y las patatas, los chorizos, las morcillas y el resto de las carnes que habrán desalado previamente. Se cubre con agua y cuece suavemente. Hay quienes, como paso previo, prefieren dar un pequeño hervor a la berza, retirarla del agua, y, mezclada con los embutidos y las carnes, proseguir la cocción con nueva agua.
Aparte se cuecen las alubias, que habrán estado a remojo desde la noche anterior, con uno de los chorizos (así quedan más suaves y se evita que rompan la piel). Cuando estén cocidas se incorporan al pote con un poco de azafrán tostado y se continúa el hervor para entremezclar sabores. Se rectifica de sal; da unos hervores más y reposa, bien tapada la olla, hasta el momento de servir.